Uno tras otro los índices se levantan ante el auditorio. Dedos gordos, largos, torcidos, amenazantes. Dedos que marcan un camino histórico, ineludible: el camino de Mao. Son los años setentas y nombres como Mao tse tung, Ho Chi Minh, Che Guevara se repiten como símbolos de valor, audacia y compromiso en la mayor parte del mundo.
En medio de este ambiente de agitación llega a la universidad el protagonista de esta novela, un joven estudiante de Medellín. Sus amigos lo llaman desde esa orilla del compromiso, los dedos lo conminan, la conciencia lo persigue, pero la existencia de El Gordo, su hermano retardado mental, se atraviesa inmensa en su camino a la Revolución. La novela de John Steinbeck, De ratones y hombres, y esa escena en la cual George, en el mayor acto de amor hacia su amigo le dispara a Lennie una bala en la cabeza, acude constantemente a su mente. El dedo índice de Mao sucede en un momento de cambios fundamentales en América Latina, cambios que inciden profundamente en la vida de los personajes.